Welcome to the home of La Voz: Northern California's Foremost Bilingual Newspaper
707.538.1812/English, Ani Weaver, Publisher
Bienvenidos al sitio web de la Mejor Publicación del Norte de California: La Voz
707.292.8027 en Español, Ruth A. González, Editor
PO Box 3688, Santa Rosa, CA 95402 |  707.538.1812 or e-mail ads@lavoz.us.com for Classified Ads / Anuncios Clasificados

Home | Staff | Subscribe | Advertise | Where to get La Voz? | Read La Voz online!

 

Emely Hernandez Sonoma County Agropreneurship ProgramEmely Hernandez and family. Click here for more photos of their ranch.

Sonoma County Agropreneurship Program

Sonoma County Agropreneurship Program

Sonoma County Agropreneurship Program

Sonoma County Agropreneurship Program

 

EMELY HERNANDEZ
Enfermera de Salud Pública se convierte en una campeona de agricultura y ganadería
© Periódico Bilingüe La Voz

Es fácil reconocer a un soñador. Sin importar donde se encuentren en la vida, estas personas demuestran ser fuentes vivientes llenas de nuevas ideas. Los amigos y miembros de su familia frecuentemente los describen como trabajadores arduos, valientes, llenos de energía y siempre con el entusiasmo de aprender. Típicamente, se encuentran involucrados en diversos proyectos, por los cuales no sienten temor alguno de fracasar, debido a que se encuentran en completa intimidad con una verdad irrefutable. La probabilidad de lograr el éxito se incrementa con la cantidad de esfuerzo dedicado. Esta fórmula matemática es simple. Los soñadores saben que mientras en más ocasiones pateen la pelota de fútbol soccer hacia la meta, más grande será la oportunidad para que ellos logren hacer un gol.

El mes pasado conocí a Emely Hernández, una persona latina de la localidad con una gran cantidad de ideas y planes, más grande que el tiempo que ella tiene para llevarlos a cabo, pero esto no la detiene de continuar soñando. Emely sabe que estos sueños son los que la mantienen moviéndose hacia la dirección correcta. Además de estar criando a sus cuatro hijos, Emely Hernández es enfermera de Salud Pública en el Department of Health Services for Sonoma County (Departamento de Servicios de Salud del Condado de Sonoma), agente del sindicato al servicio de sus compañeros de trabajo, asesora de un estudiante del programa Puente del Santa Rosa Junior College (SRJC) y además es reciente graduada de la clase inaugural de “Sonoma County AGROpreneurship Program” (Programa de Desarrollo para Trabajadores del Campo y Rancheros Principiantes del Condado de Sonoma) a través del SRJC.

Creando un nuevo camino
Emely Hernández es toda una fiel admiradora del condado de Sonoma. Emely es primera generación peruana- estadounidense y se crio en Petaluma mientras asistía a las escuelas locales, dentro de las que se incluyen el SRJC y la Universidad Estatal de Sonoma (SSU, por sus siglas en inglés). “Amo al condado de Sonoma. Crecí aquí”, sonríe Emely mientras al fondo unas vacas negras salpican el prado verde. “Cuando era tan sólo una niña, y llegaba a casa de la escuela me iba a la casa de mi vecina, una enfermera, para acariciar su caballo. Me encantaba visitar ese caballo. Mi madre me decía ‘si quieres un caballo, tendrás que ser enfermera’”, dice Emely mientras sonríe al hacer esta remembranza. Conforme los años pasaron, Emely se percató que en lo último que deseaba convertirse era en enfermera. “Las Matemáticas y la Ciencia no eran materias que se me daban con facilidad. Me gustaba Inglés y la idea de ser maestra”.

Emely contrajo nupcias y tuvo dos hijos, pero su matri-monio se disolvió con el tiempo. Se dedicó a superarse tomando clases en el SRJC y posteriormente en SSU con la idea de hacer una carrera en la enseñanza del idioma inglés. Pero mientras asistía a SSU, se percató de que estaba en una situación difícil: una madre soltera con la responsabilidad de criar dos hijos. Quizás la carrera de profesora de Inglés no era la mejor opción de su vida. Emely cambió de camino y decidió convertirse en enfermera. Mientras tanto, Hernández volvió a contraer nupcias con una persona que estaba criando un hijo, por lo que se convirtieron en una familia con los hijos de ambos.

“En muchas ocasiones quise abandonar el programa de enfermería”, dice Emely moviendo su cabeza. “Pero mi esposo nunca dejó de darme alientos para que la continuara. Me decía que podía terminarla, cuando empezaba a dudar de continuarla. Nunca pensé que alguien que tenía dificultades en Matemáticas y Ciencia pudiera convertirse en enfermera”.

Las dudas de Hernández no la alejaron de la posibilidad de seguir tratando. Emely recibió su licencia de enfermera en el año de 2007 y comenzó a trabajar como enfermera de Salud Pública para el Condado de Sonoma. Emely viaja continuamente en todo el condado visitando a mujeres que se han convertido en madres por primera vez, proporcionándoles educación y alentándolas a que lleven estilos de vida saludable. Sus visitas inician durante el embarazo y continúan hasta que el infante ya casi cumple dos años de edad ¡Emely es maestra y enfermera!

“Este trabajo ha sido un verdadero regalo en mi vida”, dice Emely. “En el Nurse Family Partnership Program (Programa de Colaboración Familiar de Enfermería), ayudo a mujeres jóvenes para que se honren así mismas y para alentarles para que sueñen. Cuando estas jóvenes pueden soñar con el futuro de lo que ellas quieren, entonces trabajamos en los logros de sus objetivos a corto y a largo plazo”. Emely le pide a sus clientes que definan qué es lo que quieren para ellas. “Este trabajo me ha hecho hacerme estas preguntas a mí misma ¿Dónde quiero estar en cinco o en diez años? ¿Qué es lo que yo valoro y qué es en lo que yo creo?".

Programa de Granjeros y Rancheros Principiantes del Condado de Sonoma
Emely y su esposo compraron una propiedad rural alrededor de un año antes de que ella recibiera su licencia de enfermería. Su casa está ubicada al final de un tranquilo camino de grava, rodeado de prados verdes. “Empezamos con dos becerros y actualmente tenemos once vacas, un toro y ya vienen dos becerros en camino. Criamos la carne que nuestra familia consume (carne de res, cabra, cerdo y pollo). Nos gusta estar conscientes de que la carne que consumimos está libre de antibióticos y hormonas. Nos gustaría que nuestra comunidad estuviera más informada sobre aspectos tales como de dónde provienen los alimentos que consumen y que tuvieran un mucho mejor acceso a alimentos más saludables”.

Éste es el sueño de Emely y está haciendo algo para hacerlo realidad. El pasado otoño, Emely se graduó del Sonoma County AGROpreneurship Program (Programa de Granjeros y Rancheros Principiantes del Condado de Sonoma) en el SRJC: un programa que ha sido financiado a través de un subsidio de tres años proporcionado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). La Extensión Cooperativa de la Universidad de California desarrolló y envió la propuesta para recibir este subsidio para el AGROpreneurship Program, A Collaborative Model for Diversifying and Strengthening Beginning Farmers and Ranchers (Programa AGROempresarial, Un Modelo de Colaboración para la Diversificación y el Fortalecimiento de los Trabajadores del Campo y Rancheros Principiantes), el cual tiene como colaboradores a Latino Service Providers, Santa Rosa Junior College, The County of Sono-ma Board of Supervisors, Sonoma County Agricultural Preservation and Open Space District, California FarmLink, y Redwood Empire Food Bank.

“Nuestras clases se llevan a cabo en Shone Farm, pero los estudiantes nos percata-mos del hecho de reunirnos más frecuentemente nos beneficiaría por lo que hicimos algunos arreglos para hacer uso de uno de los salones de clases y poder trabajar juntos”, indica Emely. La meta del programa de seis meses es incrementar el acceso a los alimentos frescos de la localidad, fomentar el desarrollo en la vida de más trabajadores del campo y rancheros, asimismo ofrecer a los graduados la oportunidad de trabajar y desarrollar las tierras de este condado.
Los estudiantes reciben instrucion de profesores de agricultura del SRJC, crean un plan de negocios, se reúnen con los maestros de trabajo del campo y de ranchos, aprenden sobre el uso de diversas herramientas, recursos y operaciones relativas a la agricultura y a los ranchos. “La parte de mayor reto de la clase es definitivamente el presentar un plan de negocios”, admite Emely. “Los negocios y la agricultura son áreas opuestas pero hay gente que las ha hecho funcionar y ahora son fuente de inspiración. Realmente disfruto cuando me reúno con los maestros de trabajo de campo y ranchos”.

Un Mercado Móvil
“Quería compartir con mi comunidad el regalo de disfrutar de carne de res que proviene de ganado que no ha sido tratado con antibióticos inducidos, alimentado con hierba o pastura orgánica, además de aves orgánicas”, me dice Hernandez. “En las clases que tomé, pude procesar mi sueño y crear un plan de negocios. Existen alimentos frescos que son maravillosos y están disponibles en diversos lugares que distribuyen estos alimentos en el condado. Pero también me he percatado a través de mi trabajo que muchas personas latinas no los consumirán, aún si están conscientes de los grandes beneficios que tienen estos alimentos. No quieren recibir ayuda alguna. Es por esto que el plan de negocios que desarrollé fue orientado a la creación de un mercado móvil. Me encanta la idea de cargar un autobús con frutas, vegetales y huevos frescos, asimismo carne saludable producidos por los trabajadores del campo y rancheros de la localidad y conducirlo hacia lugares y vecindarios donde los alimentos saludables no son una opción por los altos precios y en donde el sistema de transporte pudiera ser un problema. Hay muchos vecindarios en donde podemos ver “paleteros¿Por qué no ofrecer una alternativa más saludable? Esto podría eliminar el consumo de alimentos chatarra y de restaurantes de comida rápida, el cual es resultado de no disponer del tiempo suficiente para poder ir a tiendas y comprar alimentos saludables."

Una Epidemia de la Comunidad
Emely Hernández dice que ella siente “un gran amor por nuestra comunidad” y lo demuestra con sus sueños. Diversos doctores y científicos especialistas en nutrición indican que las dietas altas en alimentos frescos y crudos ayudan a prevenir los signos del envejecimiento y a combatir las enfermedades. Estos reportes sugieren que más del 50% de nuestra ingesta de alimentos debe de consistir en alimentos crudos, dentro de los que se incluyen frutas, vegetales, semillas y frutas secas tales como las nueces, las almendras, los piñones, etc. Frecuentemente los inmigrantes latinos se percatan de que su dieta era más saludable cuando vivían en sus países de origen. Esto es debido en parte a una sociedad donde el caminar es la forma más común de transporte. En México, existe un equivalente al mercado granjero, los cuales están ubicados en un sinnúmero de lugares en el pueblo o la ciudad. Los puestos de estos mercados venden jugos y licuados de frutas y vegetales frescos para el desayuno. Los pollos son escuálidos pero frescos y sin haber sido tratados con antibiótico alguno y hormonas que promueven subir peso. Los vendedores empujan son carretas, por todas las calles vendiendo frutas frescas, tales como jícama, pepino, papaya y piña con chile y limón. El olor a las mazorcas de elote y los garbanzos asados llenan el aire de la noche. Una vez que llegan a los EEUU, los inmigrantes tienden a consumir más pan, cereales, totopos o frituras, refrescos, carne y alimentos de restaurantes de comi-da rápida, además sin el balance del ejercicio diario y de los alimentos frescos. Ahora existe una epidemia
de obesidad y diabetes. Emely Hernández está determinada a hacer algo para reducir este problema.

¿Cómo se da tiempo para trabajar en todas estas actividades?
“Muchas personas me preguntan eso”, dice Emely. “Debo decir que mi esposo es un hombre que cuenta con muchos talentos y es una gran ayuda en todo. Mi esposo opera su propio negocio de construcción (First Impressions Painting and Building); me ayuda con los niños y los animales. También creo en que el rodearme de gente positiva, personas que me apoyan y personas que admiro me ha ayudado mucho. En una ocasión el pastor de la iglesia dijo ‘Rodéense de personas que ustedes admiren y deseen ser como ellas y se irán convirtiendo como ellas”.

Un Caballo para Emely
Emely me da un tour por todo su rancho mientras por un lado carga a su hija, quien tiene tres años
de edad y unos hermosos ojos gatunos. Emely me presenta a una vaca que luce dulcemente su color negro. “Lucky va a ser la vaca que nos proporcione leche después de que tenga a su cría”, dice Emely. Diversas y enormes bestias se dirigen hacia nosotros, mientras que trato de protegerme colocándome detrás de Emely. Me explica que todo su ganado es de la raza black angus pero que mantienen algunos jerseys que son de familiares que ayudan con los animales. Mientras vamos de regreso a casa, su cabra, “Oreo”, y su perra, “Pancha” se dirigen corriendo hacia nosotras dando vueltas, saltando y moviendo sus cabezas. “Oreo y Pancha crecieron juntos”, explica Emely. Entonces, en forma repentina, una yegua va trotando con dirección a Oreo y Pancha y se une a su juego. La yegua mueve su cabeza como si tratara de embestirlos y los sigue haciendo círculos. “Ésta
es mi yegua”
, sonríe Emely mientras la observa
hacer cabriolas alrededor de nosotras. “Su nombre
es Pacha Mama, lo cual significa ‘Madre Tierra’
en quechua, una dialecto nativo de Perú
”.

Los sueños de Emely Hernández se estan haciendo realidad porque ellá se dió permiso de soñar. Si usted sueña con tener su propio negoció de agricultura o ganado considere inscribarse al programa de Granje-ros y Rancheros Principiantes. Se les hace una atenta invitación a las personas latinas bilingues y miembros marginados de la comunidad a que se inscriban en Sonoma County AGROpreneurship Program.

Clases empiezan 17 de mayo 2013 y se reunen
tres veces al mes por seis meses. Todas las clases son impartidas en inglés. El costo de inscripción para el programa es $650. Hay un número limitado de becas escolares disponibles.

¡Empiece su propio negocio de agricultura o ganadería! El Programa Incluye:
• Entrenamiento de negocios y prácticas de
agricultura y ganadería.
• Clases los viernes dos veces al mes en Shone Farm.
• Días de campo – sábados una vez al mes en granjas locales.
• Completar un plan de negocios con el apoyo de consejeros.
• Oportunidades de experiencia de trabajo
a través del SRJC.
• Acceso a tierras de cultivo y a otros recursos.

Orientación Obligatoria y recepción
informativa el 29 de marzo 2013
Solicitud por internet:
www.ucanr.edu/bfr2013
Plazo de solicitud el 15 de abril 2013

   

EMELY HERNANDEZ
Public health nurse becomes a champion of farming
© La Voz Bilingual Newspaper

it’s easy to recognize a dreamer. Regardless of what life throws at them, they prove to be living fountains of new ideas. Family members and friends often describe them as hard-working, courageous, energetic and always learning. Typically, they’re involved in several projects, and aren't afraid to fail at them, because they are intimate with an inarguable truth; the probability of success in-creases with the amount of effort. The math is simple. They know the more times they kick the soccer ball towards the goal posts, the greater the chance that they’ll actually make a goal.

This month I met Emely Hernandez, a local Latina with more ideas and plans than she has time to pursue but it isn’t stopping her from dreaming. She knows these dreams keep her moving in the right direction. Besides raising four children, Emely Hernandez is a Public Health Nurse for the Department of Health Services for Sonoma County, the union steward for her co- workers, a mentor for a Santa Rosa Junior College student of the Puente program and a recent graduate of the inaugural class of “Sonoma County AGROpreneurship Program” through the Santa Rosa Junior College (SRJC).

Creating a new path
Emely Hernandez refers to herself as a fan of Sonoma County. She is a first generation Peruvian-American and grew up in Petaluma attending local schools including SRJC and Sonoma State University (SSU). “I love Sonoma County. I grew up here,” she smiles against a backdrop of lush green pastures and tufts
of black cows. “When I was a little girl I would come home from school and go to my neighbor’s house to pet her horse. She was a nurse. I loved visiting that horse. My mother would tell me ‘If you want a horse, you’ll have to be a nurse’,” Hernadez laughs at
the memory. As the years passed, Hernandez realized that the last thing she wanted to do was nursing. “Math and science were not subjects that came easily to me. I liked English and teaching.”

Hernandez married and had two children but the marriage eventually dissolved. She worked her way through classes at SRJC and later SSU with the idea of pursuing a career in teaching English. But while at SSU, she came to a harsh realization: she was a single mother raising two children. Perhaps teaching wasn’t the best career choice anymore. Hernandez switched paths and decided to become a nurse. In the meantime, Hernandez married a man with a child of his own and created a blended family.

“I wanted to quit the nursing program so many times,” says Hernandez shaking her head. “But my husband never stopped encouraging me. He would tell me that I could do it when I started to doubt myself. I never thought someone weak in math and science could be a nurse.” Hernandez’s doubts didn’t keep her from trying. She received her nursing license in 2007 and began work as a Public Health Nurse for Sonoma County. She travels throughout the county visiting first time mothers, educating them and encourag-ing them to lead healthy lifestyles. Her visits begin during their pregnancy and continue until the child is almost two years old. She is teaching after all!

“This work has been a true gift for me,”says Hernandez. “In the Nurse Family Partnership Program, I help young women to honor themselves and encourage them to dream. When they can dream of the future that they want, then we work on short term and long term goals.” Hernandez asks her clients to define what they want for themselves. “This work has
made me ask myself the same questions. Where do I want to be in five or ten years? What do I value and believe in?”

Sonoma County AGROPRENEURSHIP Program
Emely and her husband purchased a rural property about a year before she received her nursing license. Their home sits toward the end of a quiet gravel road, surrounded by grassy fields. “We started out with two calves and now have eleven cows, a bull and two babies on their way. We raise our own meat for our family (beef, goat, pig, chicken).We like knowing that our meat is free of antibiotics and hormones. We would love for our community to learn more about where their food comes from and have easier access to healthier foods," says Hernandez.

This is Emely’s dream and she’s pursuing it. Last fall, she graduated from the Sonoma County AGROpreneurship Program also known as the Beginning Farmers and Rancher’s Program at SRJC: a program funded through a three-year USDA grant. The University of CA Cooperative Extension de-veloped and submitted the grant proposal for the AGROpreneurship Program, A Collaborative Model for Diversifying and Strengthening Beginning Farmers and Ranchers in partnership with Latino Service Providers, Santa Rosa Junior College, County of Sonoma Board of Supervisors, Sonoma County Agricultural Preservation and Open Space District, California FarmLink, and the Redwood Empire Food Bank.

“Our classes met at Shone Farm, but students realized
we would benefit from meeting more often so I arranged for use of a classroom to have the students work together.
” says Hernandez. The goal of the six-month program is to increase access to fresh local food, grow more farmers and ranchers and offer graduates an opportunity to farm on food-viable county lands. Participants receive instruction from SRJC’s Ag instructors, create a business plan, meet with master farmers and ranchers, learn about tools, resources and farm and ranch operations. “The most challenging part of the class is definitely coming up with a business plan,” admits Hernandez. “Business and agricultural are opposites but there are people that make it work and they’re inspiring. I really enjoyed meeting the Master Farmers and Ranchers.”

Mobile Farmer’s Market
“I wanted to share with my community the gift of non-hormone and non-antibiotic induced, grass-fed and finished beef along with pastured chicken,” says Hernandez. “In the class, I was able to process my dream and create a business plan. There are wonderful fresh foods available at food pan-tries around the county. But I’ve noticed through my work that many Latinos will not make use of these even if they could benefit. They don’t want any handouts. That’s why the business plan I drew up was for a Mobile Market. I love the idea of stocking a bus with fresh produce, eggs and healthy meat from local farmers and ranchers and driving it to work-places and neighborhoods where healthy affordable food isn’t an option and where transportation may be an issue. Paleteros are everywhere. Why not offer a healthier alterna-tive? It may cut down on fast-food purchases that are a result of not having enough time to go grocery shopping.”

A Community Epidemic
Emely Hernandez says she has “a lot of love for our com-munity” and it shows in her dreams. Doctors and scientists specializing in nutrition report that diets high in fresh, raw food help prevent signs of ageing and fight off disease. They suggest that over 50% of our daily diet should consist of raw foods including vegetables, fruit, seeds and nuts. Latino immigrants often find that their diet was healthier back in their mother country. This is in part due to a society where walking is the most common form of transportation. In Mexico, there is often a "farmer’s market" every few blocks. Stands sell fresh vegetable juices and smoothies for breakfast. Chickens are scrawny but fresh and lack the antibiotics and hormones that encourage weight gain. Vendors push their carts down the street selling raw jicama, cucumber, papaya and pineapple with lime and chile. The smell of roasted corn on the cob and garbanzos fills the night air. Once here in the U.S., immigrants tend to consume more bread, cereals, chips, soda, meat and fast-food without the balance of daily exercise and fresh foods. We now have an obesity and diabetes epidemic to show for it. Emely Hernandez is determined to do something about it.

How does she do it all?
Many people ask me that that,” says Hernandez. “I have to say that my husband is a man of many talents and he helps with everything. He runs his own construction busi-ness (First Impressions Painting and Building); helps me with the kids and animals. I also believe in surrounding myself with positive, supportive people; people I admire. My pastor once said, ‘Surround yourself with those who you want to be like and you will become more like them.”

A Horse for Emely
Emely gives me a tour of her ranch while carrying her cat-eyed three year-old daughter on one hip. She introduces me to a sweet black cow, “Lucky is going to be our milking cow after she has her baby,” says Hernandez.

Several enormous beasts make their way towards us. As I hide behind Emely, she explains that all of her cattle are Black Angus but they keep Jerseys for relatives who help care for the animals. As we make our way back to the house, their goat Oreo and dog, Pancha run towards us twisting, jumping and butting heads. “Oreo and Pancha grew up together,” explains Hernandez. Just then a horse trots up to Oreo and Pancha and joins in the play. It swings her head as if to butt them and follows them around in a circle. “This is my horse”, smiles Emely as she watches it prance around us. “Her name is Pacha Mama. It means Mother Earth in Quechua, a native dialect of Peru.” 

Emely Hernández’ dreams are coming true because she has given herself permission dream. If you dream of having your own business in agriculture or ranching, consider enrolling in the Sonoma County AGROpreneurship Program. Latinos and other under-served members of the community are encouraged to enroll. Classes begin May 17th, 2013 and meet three times a month for six months. Bilingual and/or under-represented individuals are highly encouraged to apply. All classes are conducted in English.
The Sonoma County Agropreneurship application is available online at: http://ucanr.edu/bfr2013.
April 15th is the deadline to apply and there is a mandatory Orientation and Open House on Friday, March 29th, 2013. For more information contact Project Coordinator, Linda Peterson at 707 565.2648 or ljpeterson@ucdavis.edu, or Bilingual Coordinator, Fabiola Espinosa at 707 837.9577 or fespinosa@latinoserviceproviders.org.